Francisco Carrasco, responsable técnico de FERAGUA, hizo un acercamiento a la situación hidrológica de Andalucía, haciendo especial referencia a que la sequía “no ha acabado”, subrayando que actualmente hay más de 400 hm3 de déficit hídrico y que la tendencia aún es peor, pues en la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir el déficit, actualmente en 220hm3, llegará a 240 hm 3 en 2027 y 260 en 2040. “Con este escenario, Andalucía ha cuadruplicado en los últimos años el volumen de agua regeneradas, pasando del 4% al 17,5%, situándonos por encima de la media nacional, un 12% aproximadamente, pero lejos aun de Murcia, por ejemplo, donde se llega al 91%”, explicó. “Su potencial es mucho mayor en la costa y está más limitado en cuencas interiores debido a su contribución para aprovechamientos existentes en ríos no regulados o como caudal ecológico. También hemos de tener en cuenta que actualmente todo vertido de más de 1hm3 hay que regenerar la menos el 50%, según la ley de economía circular vigente en Andalucía”, dijo.
Carrasco finalizó su análisis sobre las aguas regeneradas con tres grandes conclusiones: “La principal ventaja es garantía de agua para el usuario y en este caso para el agricultor, puesto que se generan todo el año. Eso sí, la apuesta por las aguas regeneradas por parte de la administración pública y usuarios debe ir de la mano de un estudio de viabilidad económica del coste del agua, pues si no es viable para el agricultor no tiene sentido invertir en infraestructuras. Y por último, el potencial de las aguas regeneradas no debe ser estudiado únicamente bajo el cumplimiento de los criterios de calidad exigidos por la normativa, sino que también debe ser estudiado atendiendo a su influencia en el balance hídrico existente (mix hídrico)”, concluyó.